Lo que necesita la salsa
Fuente: Jaime Torres Torres para el Nuevo Día
A la salsa le faltan compositores sensibles a las vivencias del pueblo que sean capaces de revivir el espíritu narrativo que forjó su éxito universal gracias a las plumas de baluartes de la expresión como Tite Curet Alonso, Roberto Angleró, Ramón Rodríguez, Johnny Ortiz y, en tiempos recientes, Gino Meléndez y Juan José Hernández.
Y también necesita de cantantes y voces refrescantes que se olviden un poco del “lloriqueo cursi y romanticón” y diversifiquen sus propuestas con temáticas inspiradas en la cotidianidad de los barrios populares y las comunidades de la alta sociedad porque su longevidad como concepto radica en que no es una expresión exclusiva, como equivocadamente -con los efectos adversos a su popularidad- la industria del disco pretendió durante la época de la salsa sensual y romántica.
La salsa también necesita productores y patrocinadores que se convenzan de su relevancia sociocultural y, sobre todo, gente de radio dispuesta a divulgar la música que graben los artistas.
Es menester mencionar los esfuerzos, encomiables por demás, de tres artistas que han variado en sus recientes discos: Víctor Manuelle, La Excelencia y Jimmy Bosch.
Víctor, en su reciente cd “Muy personal”, aporta la composición “Amor de madre” al cancionero inspirado a través de los años en la figura maternal, del cual recordamos de inmediato títulos como “Madre” (Ismael Miranda), “Madrecita” (Harlow/Miranda), “Sólo he vivido” (Corporación Latina), “Respétala” (Cheo con Impacto Crea), “Canto a la madre” (Rubén Blades) y otras.
“Mi tumbao social”, de la Orquesta La Excelencia, es otra contribución a un género que debe desvincularse un poco del romanticismo rosado, buscando balances como hicieron San Juan Habana con “La Marijuanita” y El Sabor de Puerto Rico de Sammy García con “Elena”.
“Ejecución de una hipoteca”, del cd “A millón” de Jimmy Bosch, es uno de los temas sociales más atinados de la salsa contemporánea.
“Hace más de un año me vi en la situación de perder mi primera casa, la de mis sueños, por la que he trabajado durísimo. Y con la crisis económica que afecta todas las profesiones, mi trabajo en los bailes se detuvo en octubre del año pasado. Decidí enfocarme en mi nueva producción y grabé esto de la ejecución de una hipoteca”, me dijo Bosch en un entrevista que publicamos en El Nuevo Día.
Bueno, ¿emprendemos el viaje?
No te parece que la noticia de la adolescente de 17 años que asesinó su bebito lanzándolo por una ventana amerita un coro como: “Mató el fruto de su entraña/no es extraña la falta de compasión”.
Y qué me dices del individuo que violó y mató a la turista embarazada que se ejercitaba en Ceiba: “Peligro boncó peligro, el monstruo se desbocó”.
Ah, si se trata de cantarle a los senadores y alcaldes que roban o se aumentan sus salarios, a pesar de la recesión de la economía y los estragos de la Ley 7, un buen corito podría ser: “Corrupción, duele al pueblo, corrupción”. Para inspirar sobre el gasoducto, que de finalmente aprobarse su desarrollo pondría en peligro la seguridad de miles de familias del sur del País, un buen pregón para un son montuno sería: “Si Marianita murió intoxicá, Pedro detonó como un ciquitrá”.
Y podríamos explorar otras situaciones e instancias de la vida en que la narrativa salsera podría consolar al pueblo y denunciar las injusticias.
Por aquello de interactuar un poco, ¿se atreven a liberar su musa?
La mesa está servida: el abuso policiaco, el IVU, Paseo Caribe, el Padre Alberto, el religioso que vive del diezmo, las damas que abusan de la Ley 54, la privatización del patrimonio nacional, los crímenes que se amapuchan, etc.
Eso necesita la salsa.
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