Uno de los embajadores más grandes de la música latina, de los cantantes más relevantes en el ámbito musical del Caribe y de Latinoamérica es el puertorriqueño Daniel Doroteo Santos Betancur, natural del barrio Trastalleres de Santurce, quien nació en una familia humilde el 5 de febrero de 1916 y falleció hace veinte años en Ocala, Florida, el 27 de noviembre de 1992. Esta es la razón por la que le dedicamos nuestro espacio mensual al Inquieto Anacobero.
Pero la celebración de los veinte años de su muerte está de sobra justificada. Daniel Santos tiene una destacadísima carrera artística como cantante y compositor de los mejores y más populares ritmos afroantillanos y del Caribe. Es en uno de los vocalistas que mas temas interpretó y que con más orquestas grabó en países como Cuba, Puerto Rico, Venezuela, Colombia, México, Panamá, Ecuador y Republica Dominicana. El Jefe realizó presentaciones en emisoras de radio y canales televisivos en muchos países del mundo.
A los 10 años se trasladó con su familia a Nueva York, donde se radicó en el barrio Brooklyn, y a los 14 ya vivía en la calle, por lo que se convirtió en miembro de la CCC (Civilian Conservations Corps), un organismo del estado para la rehabilitación de jóvenes. Se ocupaba de diversas labores como venta de hielo y carbón, limpiar las calles, recolección de basuras y mantenimiento de alcantarillas. Su vida era muy dura, pero la forma de ganarse un sustento cambiaría muy pronto, pues sus primeros pasos en la música los realizó con apenas 15 años de edad, cuando cantó con El Trío Lírico el tema "Te quiero dijiste", escrito por María Grever. También trabajó con el Conjunto Yumurí y con la Orquesta de Augusto Cohen. Actuaba con ellos en Clubes y Cabarets de La gran Manzana.
En una de esas presentaciones, en 1938, lo escuchó el compositor boricua Pedro Flores, quien lo vinculó a su Cuarteto. Grabó con ellos el tema "Qué te pasa" o "Qué te pasa que no se te ve". También trabajó con Xavier Cugay en reemplazo del cantante Cubano Miguelito Valdés. En 1941, Daniel grabó con el Cuarteto Flores el popular y exitoso tema "Despedida", para el sello RCA Víctor, el cual narraba la historia de los soldados de los Estados Unidos que se despedían de sus seres queridos rumbo a la segunda guerra mundial. La canción tiene un desempeño y sentimiento notables de parte de Daniel, pues fue grabado antes de vincularse al ejército de los Estado Unidos.
Luego de su servicio militar, viajó a Puerto Rico, donde se convirtió en militante del Partido Nacionalista de Puerto Rico. Esa es la razón por la que grabó algunos números de corte revolucionario, que le traerían problemas con el FBI. En 1946 viajó por primera vez a Cuba, donde se presentó en el programa llamado "Bodas de Plata Portagás" de la RHC Cadena Azul de Radio. Por esa época empezó a conocerse como "El Inquieto Anacobero", sobrenombre que lo acompañó toda su vida. "Anacobero", en el lenguaje del ñáñigo, quiere decir "diablillo", pero también traduce "bohemio".
En octubre de 1948 se produjo la vinculación de Daniel Santos a La Sonora Matancera, en la cual estuvo siempre como artista invitado; sus primeras grabaciones con el colectivo matancero fueron "Se Vende Una Casita" del maestro Pedro Flores, el bolero "Llevaras la Marca" de Luis Marquetti y la guaracha "Bigote de Gato" de Jesús Guerra. En 1949 conformó en Puerto Rico La Sonora Boricua, de poca duración. De regreso en Cuba por líos de faldas fue llevado a prisión, algo muy común en la vida de Daniel Santos, puesto que muchas veces fue recluido en diferentes cárceles de varios países como: Cuba, Ecuador, República Dominicana, Estados Unidos y Puerto Rico por su carácter díscolo y pendenciero; ya que solía andar muy a menudo entre el licor, las mujeres, el juego y envuelto en discusiones y peleas. Daniel Santos vivió en total 15 años en Cuba, donde nació su primer hijo.
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En el lapso entre finales de 1948 y febrero de 1950 hizo parte con La Sonora Matancera y Rita Montaner, en las películas "El Ángel Caído" y "Ritmos del Caribe". Es conveniente anotar que en que ese período que pasó Daniel por La Sonora Matancera fue mutuo el apoyo y el impulso para consolidarse en el ámbito de la Máxima Expresión del Barrio Latino. El Inquieto Anacobero congregó a multitudes tras sus presentaciones en muchísimas fiestas, teatros, emisoras de radio y televisión en los diversos países que visitaba.
El enorme legado del hijo de Santurce nos dejó temas clásicos como: "A Los Santos Reyes", "Amnistía", "Canción De La Serranía", "Ciriaco El Sabroso", "Despedida", "Donde va José", "Dos Gardenias", "El 5 y 6", "El Corneta", "El Preso", "El que Canta", "El tíbiri tábara", "Esperanza inútil", "Joven Contra Viejo", "Lamento Borincano", "Linda", "Margie", "Nada Soy", "Perdón", "Se vende una casita", "Virgen de media noche" y "Yo no sé nada".
Daniel compuso y grabó la canción "Sierra Maestra", que se convertiría más adelante en el himno del Movimiento 26 de Julio, organización política de Fidel Castro. Las transmisiones de la entonces clandestina Radio Rebelde de Cuba se iniciaban con esa canción.
También aprovechó su voz para rendir tributo a otros grandes de la música popular del continente americano recordando e interpretando su música y sus canciones. Agustín Lara, Bobby Capó, Carlos Gardel, Javier Solís, José Alfredo Jiménez, Julio Jaramillo y Los Hermanos Martínez Gil recibieron ese homenaje.
La carrera musical de Daniel Santos duró casi seis décadas, lo que le permitió integrar muchas orquestas en muchos países de América latina (remitimos de nuevo a nuestros lectores al Anexo1). Su discografía, cuya extensión es un verdadero reto de cálculo, lo coloca como uno de los cantantes con más grabaciones en su carrera artística.
Respecto a ella existen muchos datos, pero al parecer Daniel Santos compuso aproximadamente 300 canciones. Se dice que cantó en más de 35 países de América y Europa. Grabó con más de 50 agrupaciones, con las cuales realizó unas 1.500 canciones para un número no determinado de casas disqueras. Sin embargo, en nuestra sección Discografías tratamos de compilar la mayor cantidad posible de grabaciones de Daniel Santos en su recorrido musical. La lista sigue abierta a la espera de más datos.
Daniel Santos se casó 12 veces. Tuvo doce hijos reconocidos, aunque se afirma que en realidad tuvo muchos más. Vivió sus últimos años en su finca de Ocala, Florida, junto a su duodécima esposa, Ana Rivera. Fue llevado al hospital Monroe Medical del pequeño poblado de Ocala al sur de Florida con una afección cardiovascular el 25 de noviembre de 1992. Dos días después murió víctima de un ataque cardíaco. Sus restos reposan en el Cementerio Santa María Magdalena de Pazzis del Viejo San Juan, donde también reposan los del Maestro Don Pedro Albizú Campos y del compositor Don Pedro Flores.
Su vida bohemia y su personalidad dispuesta a la inspiración, al amor y a la revuelta lo han convertido en una leyenda. Se han publicado biografías noveladas, cuentos, crónicas, artículos, documentales fílmicos y libros como Confesiones de Daniel Santos, escrito por Héctor Mojica (1982), La importancia de llamarse Daniel Santos, de Luis Rafael Sánchez (1988), Vengo a decirle adiós a los muchachos, de Josean Ramos (1989) y Daniel Santos, Sus Anécdotas y Sus Canciones, de Humberto Fredy Gómez Ortiz (1993), conocido como "El Viejo Fredy". Esta última publicación fue editada en Medellín, Colombia, donde Daniel Santos fue bautizado "El Jefe".
Con el presente trabajo conmemorativo de la vida y obra musical de Daniel Santos, veinte años después de su muerte, queremos resaltar la trayectoria musical de uno de los más grandes cantantes y exponentes de nuestra música, un verdadero icono y referente de la música popular latinoamericana. Es una pequeña aproximación al legado musical de "El Jefe de Trastalleres" y de todos los barrios latinos del mundo.
Ver anexo
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