ENTREVISTA REALIZADA POR
PILAR RUIZ PARA EL PERIÓDICO EL PAÍS DE CALI EL
11 DE DICIEMBRE DE 2006
“Para mantenernos unidos hallamos una fórmula: permitir que la otra persona sea como es”.
“A Richie lo conocí cuando él tenía 9 años y empezó conmigo a los 13, tocaba el contrabajo”.
En cualquier país la gente los abordaba con la misma queja: “Bobby, Richie, ¿qué pasa? La salsa ya no suena, no es como antes, ustedes tienen que hacer algo”.
Atendiendo los reclamos de los salseros vinieron a Colombia, se enclaustraron por dos meses en la suite de un hotel en Medellín y dieron rienda suelta a su talento.
Fruto de ello, dice Richie, nació "Que Vuelva la Música", un álbum “de temas fresquitos, que tiene los ingredientes de lo que es para nosotros la salsa verdadera: música alegre, para el bailador, para disfrutar sanamente”.
Richie y Bobby, “dos seres totalmente opuestos”, excepto en su pasión por la música y que para alegría de los salseros se presentarán próximamente en Cali, visitaron el País e hicieron, entre bromas, una descarga de su vida musical, cristiana y familiar:
¿Cómo han permanecido unidos por más de 40 años?
Bobby: Richie y yo hicimos un juramento, hasta que la muerte nos separe y yo le puse un anillo y él me puso otro (risas).
Richie: Hallamos una fórmula que funciona: permitir que la otra persona sea como es. Y entendimos que musical, emocional y económicamente nos conviene trabajar juntos, ahí está la magia.
¿Y andan juntos siempre?
Richie: Si no estamos trabajando, la esposa de Bobby no me quiere ver ni en pintura.
¿Cuánto tiempo llevan de feliz matrimonio?
Richie: (Gesticula simulando un ‘gay’) ¡Pero, por favor, qué va a pensar la gente! (risas).
Bobby: Desde 1963. ¿Saben?, por mucho tiempo la gente pensaba que Richie y yo nos entendíamos también de esa manera (risas). A Richie lo conocí cuando tenía 9 años y empezó conmigo a los 13, él tocaba el contrabajo.
¿Qué sintieron la primera vez que llegaron a Cali, en 1968?
Bobby: En el aeropuerto había como tres mil personas. Yo me dije: ¿Quién llegó aquí?
Richie: Sí, pensamos, a lo mejor llegó el Presidente o algo así.
Bobby: La Policía nos ordenó: “La Orquesta de Richie Ray, no salga del avión”. Y yo dije: “Richie, tenemos problemas. Boten, boten la marihuanita si tienen, ahí viene la Policía”. Nos tuvieron en el avión como quince minutos, después nos bajaron por detrás del aeropuerto. Al rato le pregunté al policía: “¿Por qué nos han arrestado?”. Y me dijo: “No están arrestados, pero si pasan por donde está esa gente, los matan”. “¿Y esa gente qué hace ahí?” le pregunté y me respondió: “Pues esperándolos a ustedes” (risas).
Se volvieron los artistas principales de Cali muchos años...
Richie: El primer día a Bobby lo agarraron por todos lados y le rompieron los pantalones dos veces antes de que pudiera cantar y se puso bravo porque tuvo que regresar al hotel.
Bobby: Una vez llegamos a la caseta y estaba tan llena que no había por dónde entrar. Un hombre me agarró y, con otro, me levantó y empezaron a pasarme por encima de la cabeza de la gente. Así hicieron con todos los músicos. El gordo conguero venía dando gritos porque pensaba que lo iban a dejar caer. Pero nos depositaron en la tarima. Claro, me pellizcaron el fondillo como no se imaginan. Parecía que las abejas me habían picado (risas).
¿Cómo crean Amparo Arrebato?
Bobby: Eran dos muchachas: una trigueña y otra blanca. Y ambas se hacían llamar Amparo Arrebato. Eran bailarinas y bailaban la salsa al estilo de acá, bien rápido. En aquel tiempo Richie y yo habíamos luchado mucho por salir adelante. Cuando las vimos también a ellas luchando así nos dijimos, vamos a darles una mano y les compusimos una canción. La canción pegó muchísimo y les hizo la vida más fácil.
¿Cómo fue la experiencia con el sello Fania?
Richie: Ahora tenemos una demanda multimillonaria contra la Fania porque nunca nos pagaron las regalías.
Ustedes se convirtieron en cristianos y Agúzate, símbolo de los salseros, lo volvieron en Arrepiéntete. ¿Por qué?
Richie: Nuestros mentores nos dicen: “La gente tiene que ver que ya no están con el diablo sino con Dios”. Así que rehusábamos tocar las canciones de antes. Pero no nos dejaban cantar, nos pedían a gritos Agúzate, Sonido Bestial. Entonces convertimos Agúzate a Arrepiéntete, Sonido Bestial a Más que Vencedores y Yenyeré al Yoyo. Para poder llevar la música con un mensaje adaptado.
Bobby: Si una persona no ha tenido un encuentro con Jesucristo, no entiende lo que pasó en nuestras vidas. En febrero del 74, Richie me llama y me dice que el Señor le habló. “¿Cuánto va a pagar?” le dije, porque yo pensaba que era el señor gobernador de Puerto Rico. Y me dice Richie: “¿Cuánto va a pagar quién?”. “El Señor que te llamó anoche” le dije. “A mí no me llamó nadie”, respondió. “¿Bueno, Richie, es que tú estás arrebatao?” le pregunté. “No, Bobby, Dios me habló” me contestó.
¿Y entonces qué pasó?
Estábamos en la cúspide de la fama. Pero Richie estaba tan deprimido que deseaba suicidarse. Y oyó una voz en su cuarto que le dijo: ‘No te suicides, tengo un plan con tu vida’. Él me contó eso y le pregunté: “¿qué fue lo que tú te fumaste anoche Richie?”. En noviembre de ese año esa misma voz me habló a mí, en mi casa. !Richie no estaba loco! Yo inclusive, lo saqué de la orquesta porque me sentía molesto de que él estuviera echando a perder todo lo que habíamos logrado.
¿Y cómo volvió?
Traje otro pianista. La gente decía que Richie era afeminado, lo que no es cierto. Pero el pianista que yo traje sí era (risas), me tiró un ‘fajazo’ y lo boté al otro día. Tuve que traer a Richie otra vez.
En los 60 fueron profetas de la salsa, luego profetas del Señor.
¿Hoy qué son?
Bobby: Ambas cosas, seguimos siendo pastores, llevando el mensaje de que hay un Dios, que el hombre a pesar de su inteligencia prefiere ser primo del mono en vez de querer ser hijo de Dios.
Cuéntenos de su vida familiar.
Richie: Yo me fui en blanco con los hijos (risas), nunca llegó nada. Dos años y pico después de mi conversión conocí a la hermana Angie, que cantaba en el coro de la iglesia y Dios me la dio como esposa. Ahora canta en el grupo.
Yo nací en Brooklin, Nueva York, fui un niño que lo tuvo todo. Estudié para concertista y cuando terminé me decidí por la música popular y mi papá por poco se muere. Hasta hoy pasa a Bobby más o menos, porque piensa que él fue quien me sacó del camino.
Bobby: Yo nací en Hormigueros, Puerto Rico. Llegué a los 12 años a Nueva York. Contraje matrimonio a los 17 años y enviudé a los 19. A los dos o tres años de mi viudez me casé con Rose Appese. Tenemos 45 años de matrimonio, dos hijas, un hijo y cinco nietos. El mayor de éstos es baterista. Toca con Carlos Santana.
Mis tres hijos cantan muy bien; mi hijo es tremendo percusionista, pero prefirió ejercer el ministerio. Es el pastor de la iglesia que Richie y yo fundamos. Sus hermanas Cindy y Tania le ayudan en esa misión.
¿Y salen a bailar?
Bobby: Yo no sé bailar, ni Richie tampoco.
Richie: De vez en cuando mi esposa y yo salimos, creo que el último concierto al que fui fue al de Juan Luis Guerra, cuando empezó. Es que somos bastante ocupados, soy pastor de una iglesia en Miami y estoy envuelto en negocios de bienes raíces.
¿Van a la cocina?
Richie: Siempre estoy metido en la cocina, pero comiendo (risas).
Bobby: Yo no sé hervir ni agua.
Richie: Yo sí me defiendo.
Bobby: Les explico cómo se defiende él: cuando nos quedamos en el mismo apartamento él prepara el almuerzo y me lo trae. Me lo echo a la boca y ¡guácala! Por eso dice enseguida: “¿No te gusta? Entonces yo no quiero”. Él me coge de conejillo de indias.
¿Qué dicen sobre sus gustos?
Richie: A Bobby le gustan los carros y la buena ropa. Yo, en cambio, el carro lo corro como un caballo, hasta que se caiga en pedazos.
Bobby: Yo le digo a Richie: “¿cuántos caballos de fuerza tiene tu carro?”. Y me dice: “ 360”. Entonces le digo: “Te quedan como diez, porque los otros se murieron hace rato” (risas).
¿Y ayudan a sus esposas?
Bobby: Mi esposa no me deja hacer nada. Cada vez que voy a hacer algo me dice: “Tú eres un buen cantante”. Una vez engan-ché un cuadro y nos fuimos para la iglesia y cuando regresamos, el cuadro ya estaba en el piso.
Richie: Si yo recojo las cosas y paso un trapo, mi esposa recoge y pasa el trapo otra vez como ella quiere. Pero hago mis cositas, saco la basura, por ejemplo.
Bobby: En esas cositas es que soy bueno para mi esposa (risas). Saben lo que es que yo venga de un concierto de 30.000 personas que gritan ‘Bobyyy’ y que al llegar a mi casa mi esposa me diga (pone tono autoritario): “¡Bobby, saca la basura!” (risas).
¿Qué tan vanidosos son?
En coro: Somos completamente opuestos.
Bobby: Richie viste sencillo,pero yo, desde los 17 años, mandaba a hacer mi ropa a la medida.
Richie: Por mí, siempre estaría en bermudas. En cambio Bobby es... (hace el gesto de que es muy ‘pinchado’). Y yo me pongo lo que sea. A mi esposa le da terror, ¡hago unas combinaciones! que ella me dice: “¡Pero mi amor, cómo tú vas a salir así!”.
Bobby: La esposa le compra ropa bonita y cuando él se va a vestir se la pone bien puestecita en la cama. Richie se ríe y le dice: “Yo no me voy a poné eso” (risas).
Al compartir a veces cuarto, ¿han tenido peleítas?
Bobby: Richie y yo nunca peleamos.
Richie: A veces compartimos cuarto y me da pena porque yo ronco a escala internacional, se siente en los cinco continentes.
En Cali - Del 26 al 30 de diciembre Richie Ray y Bobby Cruz se presentarán en el Poliedro Sur (antiguas instalaciones del Ley Gemelo del Sur, contiguo al Centro Médico Imbanaco). - En estas presentaciones, patrocinadas por El Pais, alternarán con la Billos Caracas Boy’s, Maelo Ruiz, Los Hermanos Rosario y el Grupo Niche.
Por Sergio Rendón
Ángel
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